A través de la plantación de árboles y el fútbol, Caroline Kiti, líder comunitaria de 52 años, está ayudando a restaurar una parte de los sagrados Bosques Kaya de los Mijikenda, en Kenia, con el apoyo del proyecto COSME (Conservación y Gestión Sostenible de los Ecosistemas Costeros y Marinos) de Plan International.
Caroline ha pasado de niña que vagaba por el bosque a referente comunitaria, y con ello está escribiendo un nuevo capítulo para el sagrado bosque Kaya Chonyi, planta a planta y partido a partido.
“Cada árbol guarda una historia,” susurra Caroline, acariciando la corteza de un majestuoso baobab en el bosque Kaya Chonyi, en la costa oriental de Kenia. “Nuestros mayores nos enseñaron que este bosque no es solo tierra. Es nuestro hogar, nuestra historia.”
Cuando era pequeña, Caroline jugaba al escondite entre estos árboles, mientras escuchaba las advertencias de los ancianos sobre los límites sagrados y los espíritus ancestrales. Recuerda cómo se adentraban en el bosque para invocar la lluvia, que no tardaba en llegar, como si sus rezos fueran escuchados. Hoy, Caroline lidera los esfuerzos para devolver a este Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO su esplendor de antaño.
La transformación de Kaya Chonyi refleja también el camino personal de Caroline. Ha sido testigo de cómo los árboles sagrados de su infancia fueron desapareciendo por la tala y la deforestación de tierras. Donde antes se alzaban árboles frondosos, hoy prácticamente solo queda suelo árido y pobre.
Las mujeres, en primera línea frente a la crisis climática
“Las mujeres sufrimos especialmente estas dificultades,” añade Caroline. “Con la lluvia cada vez más escasa, la falta de alimentos es una preocupación constante. Nos levantamos antes del amanecer para intentar acabar las tareas antes de que el sol apriete. Muchas caminamos hasta cinco kilómetros por caminos polvorientos solo para recoger agua, una tarea arriesgada y que consume mucho tiempo.”
Caroline conoce bien la paradoja: “Muchas veces son las mujeres quienes cortan leña para cocinar. Pero cocinar es el corazón de nuestra cultura. Como mujeres mijikenda, tenemos familias numerosas y nos encanta acoger y compartir.”
Buscando soluciones climáticas con COSME
Gracias al proyecto COSME (Conservación y Gestión Sostenible de los Ecosistemas Costeros y Marinos) de Plan International, Caroline ha encontrado una forma de romper este círculo vicioso. El proyecto colabora junto con comunidades locales para conservar el bosque Kaya Chonyi y otros ecosistemas marinos y costeros clave.
Como presidenta del grupo local de conservación Tumaini (que significa “esperanza”), Caroline lidera una iniciativa que busca equilibrar la protección medioambiental con las necesidades de la comunidad. Ya han plantado 5.000 semillas autóctonas, como el Mzambarau (ciruela de Java) y el Mibuyu (baobab), que los ancianos llamaban miti ya kukinga baridi: “árboles medicinales para el resfriado y el asma”.
Pero el proyecto va más allá. En su hogar, Caroline ha plantado árboles frutales que ahora proporcionan alimento y sombra, y utiliza calentadores solares Solvatten, que reducen la necesidad de leña. “Estamos demostrando que conservar el entorno genera abundancia,” afirma Caroline, señalando los naranjos y mangos que florecen a su alrededor.
“Estas comunidades conocen mejor que nadie el impacto de la degradación ambiental,” explica Annick Gillard-Bailetti, asesora de resiliencia costera del proyecto COSME. “Ven de primera mano cómo la deforestación y la pérdida de manglares afectan a su salud, sus medios de vida e incluso al acceso a la educación de sus hijos.”
Beryl Odour, coordinadora del proyecto en Kenia, añade: “Queremos que las voces de las mujeres impulsen la defensa del medio ambiente, la reducción del riesgo de desastres y medios de vida sostenibles. Ha llegado el momento de que las mujeres se levanten y hagan más fuertes a sus familias y comunidades.”
Unir al pueblo desde la igualdad de género
Otro gran logro de Caroline ha sido su papel para reducir las brechas de género en su comunidad. Lo que empezó como un grupo de conservación formado solo por mujeres, Tumaini, ha crecido hasta convertirse en un movimiento comunitario.
Su marido, al principio escéptico, se unió a un grupo masculino llamado Heri (que significa “buena voluntad”), que ahora colabora estrechamente con Tumaini. Y esta unión se refleja de una forma inesperada: a través de partidos de fútbol mixtos liderados por mujeres: “¡Jamás imaginamos que estaríamos jugando juntas… y con nuestros maridos!” dice Caroline entre risas.
Estos partidos también generan alianzas fuera del campo. “A veces, si una mujer está talando un árbol y le doy un consejo, no me escucha,” explica Caroline. “Pero si lo dice un hombre, sí lo hace. Y también ocurre al revés: ellos nos escuchan más cuando hablamos de compartir tareas como traer agua a casa. La colaboración es clave.”
Esta cooperación está transformando tanto el bosque como las dinámicas familiares: “Aún nos queda camino con el bosque, pero ahora mi marido me respeta más,” reflexiona Caroline.
“Incluso me pide opinión en los asuntos de la familia.”
Una comunidad transformada
El éxito de Tumaini y Heri ha tenido un impacto muy positivo. Han vendido plantas a Plan International por 80.000 chelines kenianos (unos 860 CAD), ingresos que han permitido a varias familias pagar la escuela de sus hijos e hijas. Estos árboles son replantados en el bosque por participantes del proyecto COSME.
Al atardecer, mientras las mujeres bailan descalzas entre las plantas al ritmo de la kayamba (un instrumento tradicional), cantan: “Eh Plan imebadilisha mtindo” – “Plan ha cambiado nuestra forma de vivir.”
“Somos las luchadoras por el aire limpio y la buena medicina,” declara Caroline, con firmeza. En sus manos sostiene recipientes de leche recogidas de las carreteras, reutilizadas como recipientes para los nuevos árboles – un símbolo de cómo la sabiduría tradicional y la conservación moderna pueden cuidar tanto del bosque como de la comunidad.
Caroline también se inspira en figuras históricas: “Quiero ser como Mekatilili wa Menza, la activista que lideró al pueblo Giriama contra el dominio colonial entre 1912 y 1915.
Si tuviera superpoderes, haría que los árboles crecieran en un instante,” dice con una sonrisa.
“Ver árboles altos, fuertes y llenos de frutos me llena el corazón. Sueño con que todo vuelva a ser como antes. Si pudiera, haría del bosque mi hogar permanente, para protegerlo y disfrutarlo cada día.”
A través de su conexión con la tierra y su incansable compromiso, Caroline encarna el espíritu de este proyecto de Plan International: una iniciativa que empodera a las comunidades para construir un futuro con esperanza, resiliencia y sostenibilidad.
No se trata solo de plantar árboles: se trata de cuidar un legado que pueda florecer durante generaciones.
“Mi sueño es que nuestros hijos hereden un bosque que siga respirando. Quiero que crezcan sabiendo que hicimos todo lo posible por proteger este lugar,” concluye Caroline.
Tres soluciones frente al cambio climático que impulsa el proyecto COSME
- Restauración de manglares
Los manglares protegen a las comunidades costeras de tormentas y la subida del nivel del mar. Almacenan hasta cuatro veces más carbono que los bosques terrestres. Su restauración es clave para reducir el impacto de los fenómenos climáticos extremos.
- Cultivo sostenible de algas
Las algas ayudan a frenar la erosión costera y crean hábitats para peces. Además, pueden cultivarse para exportación o transformarse en productos como champús y lociones.
- Conservación forestal
Los bosques costeros del este de África, ricos en biodiversidad, están en peligro. COSME promueve técnicas de conservación como la reforestación con especies autóctonas y medios de vida sostenibles como la recolección de setas, que no dañan el entorno.